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Cada paso en el camino se ha convertido en lienzo de nuestras vidas. La Aldea Asiática, un lugar diseñado para contar historias llenas de colores y sabores, honrar el origen y dar vida a los sueños de muchos corazones.

EL ORIGEN

Nací en una aldea china llamada Tayshan de la provincia de Guangdong, crecí junto a mi madre, hermano y abuelos, alrededor de campos y montañas, entre los arrozales y las huertas. Vivíamos en una casa pequeña y rustica. Compartíamos junto a una hornilla que abrazaba el fuego, se sentía el calor del hogar. Entre palos y ramas secas reposaba un enorme Wok donde cocinábamos, honrábamos el alimento y evocábamos la unión familiar.

A cada familia de la comunidad le concedían un espacio de tierra para cultivar y recuerdo que mi abuela y mi madre, llevaban su azadón para plantar sus semillas, yo le ayudaba a quitar las malezas, a regar el pack choi y las calabazas.

En el centro de nuestra aldea teníamos un pozo de agua. Mi hermano y yo éramos los responsables de recolectarla con una cuerda que sostenía el balde de madera. Entre risas y empujones, llegábamos a casa a realizar los oficios del hogar, empezando por lavar los alimentos que íbamos a cocinar.

El encuentro en la mesa con la sazón de mi abuela, disfrutada entre palitos y bocados, fue el origen de esta historia.

LA ADOLESCENCIA

Mis padres han sido la inspiración para construir una vida dedicada al universo gastronómico, este camino se inició cuando mi padre tuvo la oportunidad de llegar a Colombia hace mas de 42 años a incursionar en los restaurantes de comida china, poco después llegamos a hacer parte de esta historia. Recuerdo mis años de adolescencia dentro de aquellas cocinas, el trabajo constante y la disciplina, junto a los sabores y las recetas de los platillos cocinados por ellos mismos, fueron enseñanzas que quedaron en mi memoria.
Siempre supe que había algo más para mostrar que el ´famoso arroz chino´. Ese fue el inicio de mi decisión por traer y compartir más de nuestra cultura, renovada por la fusión de lo mejor de Asia y una ambientación vanguardista con mi estilo y en el año 2007 en la ciudad de Cali emergió un sueño llamado FUSION WOK.

EL CAMINO

Al año de haber abierto Fusion wok en el barrio Granada de Cali , llegó la persona que cambiaría todo a una nueva historia, durante nuestro camino juntos, se ha convertido en mi gran amigo, socio y compañero de vida, Andrés, conocido como Valde, un hombre que transformó nuestra cocina asiática, dándole ese toque especial a nuestras recetas, originando platos que logran trascender el paladar. Él unió la disciplina y el arte, para crear sinergias, trabajar en equipo y juntos nos embarcamos en un mismo sueño llamado Aldea Asiática donde la gastronomía y la cultura oriental han sido el sello de nuestras creaciones.

Aprender a ser profesionales convergiendo en todos los matices que hay detrás de esta responsabilidad, nos ha permitido construir un camino, para lograr un balance entre nuestro hogar y nuestra empresa.

Nuestros hijos, Lian y Matias han sido la inspiración y la motivación para una evolución constante. Ser padres nos ha retado a seguir creciendo y trascender a nivel individual y como familia, construir un legado que perdure en el tiempo, edificar una empresa que impacte de manera positiva la vida de muchas personas.

By Mei Lian Kuang

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